Teresa de Jesús es el nombre
religioso de Teresa de Ávila (1515-1582) o como
nació- Teresa de Cepeda y Ahumada. Una de las mejores plumas místicas con
claridad y delicadeza dando a nacer
cierta apertura para las ideas evangélicas
que iban creciendo en Europa y que
la llevaron a ser encarcelada en Toledo.
Eleva el
pensamiento –al cielo sube,
Por nada te
acongojes, Nada te turbe,
A Jesucristo
sigue- Ven, no desmayes;
Y venga lo que
venga, nada te espante.
¿Ves la gloria
del mundo? Es sombra vana,
Nada tiene de
estable- Todo se pasa.
Aspira lo
celeste- Que siempre dura;
Fiel y rico en
promesas, Dios nunca muda.
Confianza y fe
viva- mantenga el alma;
El creyente que
espera- todo lo alcanza.
Del infierno
acosado- aunque se viere,
Burlara sus
furores- quien a Dios tiene.
El que de Dios
el reino- busca con ansia,
Todo lo demás
tiene- nada le falta.
Id, pues,
bienes del mundo, Id, dichas vanas;
Aunque todo lo
pierda, Dios, Dios me basta.
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